Ya en la época romana se manifestaba el vandalismo… sólo que en aquella época significaba que los vándalos atacaban el Imperio.
No obstante la palabra ha evolucionado hasta nuestros días, no sólo en significado, sino en diversidad de formas mediante las que se realiza este ataque.
Estos vándalos siempre han buscado hacerse notar, bien sea de forma anónima o con un clara intención de dar a conocer su identidad.
Sin embargo, con un gran número de paredes pintadas, puertas escritas, cristales rotos, monumentos violados, etc… a lo largo de la historia era previsible que tarde o temprano el fenómeno llegase a la web.
Puede que todo comenzase cuando los crackers imitasen las técnicas hacker de infiltración en sistemas informáticos ajenos con el deseo de obtener un beneficio de ello o bien por el mero hecho de dañar la propiedad.
Sin embargo, este lavado de cara de la red de redes conocido como web 2.o parece invitar sobremanera a infiltrarse en ella para vandalizar.
Los atacantes ya no necesitan de unos notorios conocimientos técnicos para entrar en un sistema y modificarlo o dañarlo a gusto personal. Con la aparición de wikis, contenidos de acceso y modificación públicos, redes en las que suplantar una identidad está a 5 clicks de distancia, etc… cualquier persona puede caer en la tentativa de atentar contra… lo que demonios quieran atacar.
Y es que no todo ser humano es bueno por naturaleza, y son numerosas las ocasiones en las que una iniciativa común por fomentar el conocimiento, la buena relación entre personas, la investigación de nuevas áreas, y demás menesteres pasa a convertirse en un blanco de fácil alcance para que unos pocos vándalos tiren abajo con las ilusiones de sus miembros.
Sin embargo, ¿cual es la solución? ¿Hacemos caso omiso a los derechos de todos los usuarios y cerramos a cal y canto nuestras páginas?
Te animo a encontrar una respuesta…
Oscar Peña